El presidente cubano Raúl Castro Ruz, esta desde el 2008 en las riendas del gobierno cubano, y sus resultados pueden catalogarse de positivos en cuanto a la promulgación de políticas económicas que han incentivado el sector no estatal de la economía, mejorar las cuentas externas de Cubí, en base a procesos de renegociación de deudas aceptables, y quitar restricciones a su población, pero sin embargo las cifras de los resultados de sus indicadores económicos y sociales están muy deteriorados y mucho menos se observa una demostración del cumplimiento de las metas precisas para darle respuestas a lo que el presidente desde el inicio de su mandato llamó “problemas estructurales”, y al parecer se ha observado en el 2017 una desaceleración del ritmo de reformas.
Cuando se pasa un inventario simple, de los problemas estructurales de la economía cubana, se demuestra lo complejo de su erradicación, y que el horizonte para cumplirlo no es de corto plazo, ni incluso de mediano plazo, es decir son de largo plazo. Pero ese plazo tiene que empezar con un periodo más reducido donde las decisiones sean más radicales y hasta ahora no parece ser así. La mención de los mismos nos lleva a la comprensión de la magnitud de las reformas que deben realizarse.
La estructura del Producto Interno Bruto (PIB) mantiene una elevada participación de los servicios, especialmente los profesionales, mientras que la agricultura y la industria se mantienen rezagadas o con baja prioridad, dada que ambas sufren de un prolongado proceso de descapitalización. Aún es alta la centralización económica a pesar de que se aboga constantemente por la descentralización. Permanece una pobre diversidad del comercio exterior donde la balanza de pagos recae en la exportación de servicios profesionales, aunque ya cada vez menos, especialmente personal de salud, cuyo efecto de arrastre al resto de la economía es aún bajo. Es baja la productividad en gran parte del sector empresarial estatal, lo que incide en una baja eficiencia económica en general; permanece una dualidad monetaria (dos monedas circulando en el país) con los consiguientes mercados segmentados; elevada distorsión en la relación consumo-acumulación e ingresos-consumo; elevadas prohibiciones en la sociedad para adquirir determinados bienes y servicios que impiden el desarrollo de las formas no estatales de la economía; dificultades en el mediano y largo plazo con la fuerza de trabajo, por la baja natalidad, una elevada población de más de 60 años, y una emigración que sobrepasa las 40 000 personas por año.
Problemas muy interrelacionados, que se despliegan en una economía con un mercado interno pequeño, es decir la demanda es aun precaria para una parte importante de la población especialmente para el llamado sector presupuestario del estado cubano y no se puede soslayar que se tiene que lidiar con el aun bloqueo económico por parte de Estados Unidos a pesar de la cierta normalización que se logró con la administración Obama, a raíz del restablecimiento de las relaciones entre ambos países.
Los 60 años transcurrido en el proyecto socialista cubano, más el análisis de las experiencias de otros países socialistas asiáticos como China y Vietnam, colocan al estado cubano ante la imperiosa necesidad de agilizar la actualización de su modelo económico, donde el mercado deba tener un papel cada vez más creciente en la economía cubana, aunque se manifieste por los documentos del Sexto y Séptimo Congresos del Partido que prevalecerá la planificación, pero teniendo en cuenta el mercado.
Un breve análisis de los indicadores económicos seleccionados muestra que los resultados no son alentadores. Las autoridades han planteado resistencia al cambio en algunos momentos, pero son necesarios los cambios de mentalidad, y aunque es complejo la concreción de este tema, lo que si es cierto es que hay que desaprender formas de hacer y de pensar la economía.
El trabajo que se presenta está estructurado en un examen de variables clásicas de análisis económico, especialmente la evolución de indicadores macroeconómicos. Se analiza la evolución de los sectores agrícola e industrial, se presenta la evolución del sector externo y se concluye con reflexiones que pueden llevar a una ruta necesaria de las acciones que se deberán tomar en el futuro mediato.
POLÍTICA ECONÓMICA
En el periodo 2008–2016, el gobierno cubano puso en práctica transformaciones económicas, resultados de los lineamientos aprobados en abril de 2011 por el 6to Congreso del Partido y en el 7mo Congreso del Partido en abril del 2016. Esas aprobaciones muy graduales supusieron un plazo y una secuencia en la aplicación del procedimiento que no se conoce públicamente, lo que ha contribuido a que se produzcan reclamos desde la población, la academia, y el sector empresarial, entre otros, a fin de que se acelere la implementación de lo previsto, ya que una parte significativa de la población, le ha sido difícil palpar su mejora individual después del 2011 cuando se indicó el interés de cambiar todo aquello que frena el avance económico del país.
En el sector agropecuario, se observa que de la superficie agrícola en el país, existen unos 3 493 400 ha de tierras no cultivada, de ellas 883 900 hectáreas de tierras ociosas.1 A pesar de la entrega de tierras en usufructo a unas 287 107 personas hasta diciembre del 2016, todavía no se aprecia un impacto significativo en el incremento de la producción, y si se observa una elevación de los precios minoristas. Hay que destacar que el tiempo aprobado del usufructo pasó de 10 años a 20 años en el 2017, lo cual pudiera contribuir a un mayor interés por parte de aquellos que aun no han solicitado tierras.
Igualmente, desde noviembre del 2013 se realizaron experimentos en varias provincias de un mecanismo de comercialización directa por parte de los agricultores, en un esfuerzo por abaratar los precios al reducir los márgenes de la intermediación en el comercio (Rodríguez, 2013). Pero posteriormente a comienzos del 2016 se ha revertido el proceso, y se ha comenzado de nuevo a aplicar viejos conceptos como el Acopio Estatal, incremento de mercados estatales, y topes de precios.
En septiembre del 2013 se dictó un nuevo “Reglamento para el Ejercicio del Trabajo por Cuenta Propia” y se precisó el contenido de las actividades previamente aprobadas. Se aprobaron diez nuevas ocupaciones y a finales de año se amplió puntualmente el número de las autorizadas. Así hasta el momento hay aprobadas 201 actividades donde se puede ejercer el trabajo privado. También se publicó el 4 de octubre del 2013, el decreto ley 315 sobre “Las infracciones personales de las regulaciones del trabajo por cuenta propia,” donde se fijaban las medidas a aplicar a los infractores de alguna violación de lo establecido en el decreto.
Se amplió el 1 de octubre del 2013 el Reglamento para el sistema de Gestión Económica con arrendamiento de locales para el Trabajo por Cuenta propia de los servicios gastronómicos y ampliación del nomenclador de productos o servicios a ofertar.
Pero a mediados del 2017 se han congelado la entrega de nuevas licencias tanto a cuentapropistas y arrendatarios, entre otros, durante un tiempo que no se definió, a la espera de nuevas reglamentaciones que apuntan hacia un mayor control por parte de las instituciones estatales.
Entre las medidas de política económica resultó muy significativa la implementación de las cooperativas no agropecuarias a partir del mes de julio del 2013. A mediados del 2016 solo se alcanza la cifra de 383 cooperativas funcionando, bajo el argumento que estaban en una fase experimental, aunque están aprobadas unas 498 cooperativas, las mismas que están funcionando se encuentran en la parte occidental, es decir en la Habana, Artemisa, Matanzas, Mayabeque, y Pinar del Río. Del total: en Comercio y Reparación de efectos personales 131; en restaurantes, 102; en la construcción 60; y 49 en la manufactura. Las cooperativas atraviesan dificultades con la adquisición de insumos propios de cada actividad. En un comienzo se aprobaron 4 grupos de propuestas, pero el 5to Grupo lleva 2 años sin respuestas, y se divulgó que el proceso estaba congelado, por muchos errores encontrados en su funcionamiento.
Resulta interesante la expectativa de la población de que el surgimiento del trabajo por cuenta propia así como en el de las cooperativas no agropecuarias, traería aparejado una reducción de los precios al consumidor. Sin embargo, la ausencia de un verdadero mercado mayorista en cualquier moneda—tanto la moneda cubana convertible (CUC) o la moneda nacional en pesos cubanos llamada (CUP)— y por ende la prevalencia de una base de costos en CUC de las mercancías y servicios de este sector, la segmentación de mercados y los precios de monopolio que los acompañan, ponen de manifiesto la ausencia de competencia y, por tanto, la escasa probabilidad de una reducción de precios a corto o mediano plazo, lo cual resiente su gestión a los ojos de la opinión pública (Rodríguez, 2013).
En el 2013 se anunció la aprobación de un cronograma para iniciar el proceso de reunificación monetaria del país, y se aclaró que se trataba de un proceso gradual, que tomará al menos un tiempo en completarse. Sin embargo a finales del 2017 la situación económica prevaleciente ha impedido esa reunificación. Supone la devaluación del CUP para todas las operaciones entre personas jurídicas y después se debe trabajar en la convergencia de la tasa de cambio resultante de esa devaluación con la que rige las relaciones entre el Estado y la población a través del mecanismo de las Casas de Cambio (CADECA). Al final del 2017 pocos resultados se han observado, aunque se ha aclarado que se trabaja para la restauración del peso cubano (CUP) como único signo monetario del país. A los productos en las tiendas en divisas (CUC) se le han puesto doble precios, tanto en CUC como CUP. Se realizó una emisión monetaria de billetes de alta denominación y se han hecho rebajas parciales de los índices de precios en CUC, lo que permite una reducción de precios en esa moneda.
A la inversión en la terminal de contenedores del Mariel, culminada en enero del 2014, se sumó en septiembre del 2013 el Decreto Ley 313 que regulaba todo lo concerniente a la Zona Especial de Desarrollo Mariel (ZEDM), que implica un relanzamiento de la inversión extranjera directa en Cuba al ofrecer ventajas adicionales en el régimen especial de la misma. Y en marzo del 2014 se aprobó la Ley 118 sobre la inversión extranjera en Cuba.
Pero lo que ha pasado hasta el 2017 con respecto a la ZEDM es que centenares de proyectos han sido presentados; solo se han aprobado 24 compañías, de ellas 10 de capital 100 por ciento extranjero, 4 empresas mixtas, 4 empresas cubanas y un contrato de asociación económica internacional, pero en concreto estaban en operación solo 9 negocios. Es decir hay decenas de acuerdos en negociación en un tiempo muy largo. Se cuenta con 923.3 millones de dólares en captación, que generarán unos 2837 empleos, según ha expresado Ana Teresa Igarza, representante de la ZDEM en la Feria Internacional de la Habana (FIHAV) celebrada 1 al 4 de noviembre, 2016.
En el caso de la Ley 118 de la Inversión Extranjera, se han elaborado tres Carteras de Oportunidades de Negocios para capitales externos, en el 2014, 2015, y 2016; la más reciente incluye 395 negocios a desarrollar con valores de 9 500 millones de dólares. Hay propuestas de 111 negocios fuera de la capital. Pero solo se han aprobado 54 negocios, de ellos más de 35 en contratos de administración hotelera. Los acuerdos firmados tienen un valor que asciende a 1 300 millones de dólares. El ritmo es lento y agotador.
Figura 1. Tasas de crecimiento del PIB a precios constantes de 1997, en porcientoa
VARIABLES MACROECONÓMICAS
Producto Interno Bruto
Un diagnóstico económico de la situación actual muestra resultados muy desfavorables en indicadores tales como el PIB, donde se crece a tasas muy bajas para las condiciones de Cuba, por lo general por debajo del 2 por ciento en los últimos años. (Figura 1) Una estructura del PIB en que se manifiesta una tendencia a la reducción del peso relativo en la composición del PIB de los sectores de bienes (agricultura e industria), y de servicios básicos como la construcción y transporte y se destaca un incremento importante de los “otros servicios” especialmente por la salud, el comercio, entre otros, donde en general los servicios aportaron al PIB el 80 por ciento en el 2015.
En el año 2016 la economía decreció en un 0.9 por ciento, cifra inferior a lo que el gobierno había planificado. Pero se espera un crecimiento aunque bajo en el 2017 por los recortes de las importaciones y otros factores. El promedio anual de crecimiento desde el 2008 hasta el 2016, da como valor resultante menos de un 2 por ciento anual, indicador muy bajo para las necesarias transformaciones que deben acometerse en la economía cubana.
Formación Bruta de Capital
La formación bruta de capital es unas de las variables que propicia un crecimiento económico futuro, ya que representa el valor de los activos fijos adquiridos por las unidades de producción residentes para ser utilizados repetidamente en procesos de producción. Además comprende aquellas mejoras que aumentan el rendimiento y la productividad o la vida útil de los activos, es decir es una variable que logra un cambio cuantitativo y cualitativo de las inversiones, y por ende permite un avance hacia el desarrollo económico. En Cuba esta variable se encuentra muy deprimida, y está muy distante de aquellos países asiáticos que han emprendido una ruta acelerada hacia el desarrollo partiendo del mismo sistema socioeconómico, como es el caso de China y Vietnam, pero también es válido compararnos con Corea del Sur, o con Costa Rica, entre otros.
En una comparación con la región en la cual se pertenece, Cuba está muy por debajo de esa región ya que la tasa de inversión bruta fija en el continente, medida en dólares corrientes como porcentaje del PIB, fue de 18.1 por ciento en el 2016. (Figura 2)
Más aún, en el caso cubano las inversiones se hallan en ramas de lenta recuperación productiva, no en la agricultura, la industria manufacturera, o el azúcar, sino que se concentran en la construcción, en los servicios como los hoteles, en la administración pública y en obras de infraestructura, que son necesarias, pero que absorben recursos escasos que podrían tener mayor rendimiento en los sectores económicos claves. Una reflexión que debe tenerse en cuenta, es saber cómo es posible emprender un proceso de desarrollo sobre la base de crecer solo en sectores de servicios de baja productividad, como es el caso de la salud, comercio, educación, entre otros.
Figura 2. Formación Bruta de Capital Fijo (como porcentaje del PIB a precios corrientes)
Aunque se han indicado las áreas en los que el país debería priorizar el crecimiento económico, avalado en la estrategia de desarrollo hasta el año 2030, no está preciso las rutas del desarrollo económico de Cuba o completamente analizado con que productos se va insertar Cuba en esta economía globalizada.
Cuba es quizás única en haber invertido tanto en capital humano y sin embargo generar tan limitado crecimiento económico, contrario a las experiencias internacionales de desarrollo económico en otros países después de la década de los 60’s.
Presupuesto Estatal
El déficit fiscal se mantiene en el balance presupuestal del país, pero con cifras ya no tan manejables por el Estado, donde se cubre con deuda pública, y aparentemente, no hay tanta presión inflacionaria.
El déficit presupuestario se pronostica superior al 12 por ciento sobre el PIB al cierre del 2017, muy superior al 7 por ciento del 2016. No hay una mejoría o eficiencia del gasto estatal, sino que también hay inejecuciones de partidas aprobadas, que son necesarias para el incremento del bienestar de la población. Aun no se aplican diferentes tributos en aplicación del principio de gradualidad, incluyendo entre ellos el Impuesto sobre Ingresos Personales referido a los salarios, así como el Impuesto sobre la Propiedad en el caso de las viviendas, que son impuestos aprobados pero postergados su aplicación.
Indicadores Monetarios
En la actualidad se mantiene la existencia de la doble moneda en la circulación, el peso cubano (CUP) y el peso convertible (CUC). La duplicidad del tipo de cambio del peso cubano es el principal factor que ha complicado la eliminación de la doble moneda en la economía cubana. Para las personas naturales 24 pesos cubanos equivalen a 1 peso convertible, mientras que para las empresas e instituciones 1 peso cubano equivale a 1 peso convertible.2
La dualidad de monedas y de tipos de cambio tiene enormes costos para el sector empresarial, aunque en un principio trajo aspectos positivos para el gobierno.
Sin embargo la dualidad monetaria ha tenido efectos negativos ya que ha afectado las producciones de bienes y servicios que se cotizan en CUP y ha tenido un debilitamiento del papel estimulador del salario, especialmente por ser bajos y con poco poder adquisitivo lo que ha llevado a los trabajadores a la búsqueda desesperada de ingresos en divisas. Además ha deformado la medición económico-financiera empresarial y por tanto las decisiones económicas que de ésta se derivan y además genera una ineficiente asignación de recursos, ya sea a través de asignaciones centralizadas u otorgamiento de créditos. Con esa dualidad además es difícil realizar un análisis riguroso de las finanzas públicas del estado, sumado a la deformación de los precios relativos y su consiguiente efecto sobre la competitividad; también ha subvalorado el aporte económico de las empresas exportadoras y reducido artificialmente el costo de las importaciones. Una cosa muy importante es que opaca la medición de las cuentas nacionales, incluyendo el cálculo del PIB, y entonces coloca a Cuba artificialmente en posiciones económicas a nivel mundial.
Una idea que no se puede desechar es pensar en el mediano plazo en la emisión de nuevos bonos de la República de Cuba. Hace más de 10 años, aunque tímidamente, se incursionó en esos temas, y los resultados fueron favorables al país.
AGRICULTURA E INDUSTRIA
La agricultura en Cuba absorbe el 20 por ciento del empleo total y su aporte directo al PIB fue de 3.7 por ciento en el 2015. Aún falta un largo camino a recorrer, porque hasta ahora no se corresponden las medidas tomadas con los resultados productivos, así en el 2015 la producción agrícola no cañera crece en un 3.1 por ciento, pero hay producciones importantes que decrecen como la producción de plátanos y papas.
La producción azucarera, por su parte, alcanzó 1.9 millones de toneladas en 2015, para volver a retroceder en el 2016. Múltiples son los problemas que atañen a tan bajos desempeños de ese renglón histórico, todos superables en el corto plazo: se debe invertir más en caña, mejorar los incentivos a los productores, y estimular a los gerentes y sus equipos de trabajo. Cuba tiene que aprovechar más su potencial azucarero y podría llegar a promediar hasta 4 millones de toneladas de azúcar anuales. Esto le permitiría disponer de algunos miles de millones de dólares para su proceso inversionista, ampliar sus producciones como el etanol e incrementar la producción de energía eléctrica a partir del bagazo y sus residuos.
No es ocioso recalcar, que una variable que ha sido muy dinámica en los países que han elevado la competitividad en los últimos años, especialmente las economías asiáticas, ha sido el aporte decisivo de la industria manufacturera tanto en la generación de bienes como en el número de ocupados en la economía. Sin embargo en el caso cubano esa participación está en franco estancamiento.
No solo el aporte de la manufactura es bajo, sino que además se encuentra concentrado en ramas donde es baja la presencia de recursos laborales con elevada calificación; más bien se concentran en productos alimenticios, refinación de petróleo, entre otros.
TURISMO
El turismo es una fuente importante de divisas. En el 2016 se logró un crecimiento del número de visitantes de un 13.5 por ciento con respecto al año anterior al arribar 4 002 317 de visitantes y los ingresos brutos ascendieron a 3 068 millones de CUC que significa un crecimiento en el 2016 con respecto al 2015 de un 9 por ciento. La ocupación habitacional es del 60 por ciento, baja con respecto a la región, especialmente en el área del Caribe.
Los arribos de estadounidenses en el 2016 cierran con una de las cifras más altas de los últimos 20 años, con 281 706 visitantes, sumados a los Cubanos del Exterior que totalizaron unos 427 228 visitantes, y que junto al tradicional mercado canadiense que totalizó 1 203 439 visitantes, representan el 48 por ciento del total de visitantes internacionales.
Por su parte, el ingreso medio por turista muestra una tendencia declinante que se ha acentuado a partir del 2008: como promedio, cada turista que llega a Cuba gasta menos. Ello resulta preocupante ya que indica que el desarrollo del turismo ha descansado en un modelo de crecimiento extensivo, y eso está relacionado con que la oferta turística es aun baja y los servicios han perdido calidad en comparación con los destinos caribeños.
Hay que desarrollar nuevas fuentes de oferta turística, tanto en lo que se ofrece como “todo incluido” así como inversión en nuevos restaurantes y permitir turismo donde no se depende de todo incluido. Pero además puede haber turismo caro y puede ser turismo de “todo incluido” con tal que lo que se incluya sea de lujo, o que sea por lo menos más caro y por supuesto de mejor calidad que el turismo barato que caracteriza a los flujos actuales.
Algo importante son las nuevas políticas para el desarrollo del turismo no estatal y el vínculo con el turismo estatal como rector. Las agencias de viaje del turismo ya contratan con restaurantes y arrendadores de viviendas para llevar grupos de turistas que dependerían del sector privado, elementos que estaban prohibidos anteriormente.
También hay que destacar el crecimiento del turismo nacional que paga en CUC y se hospeda principalmente en hoteles de sol y playa, en épocas vacacionales, especialmente en los principales polos de desarrollo turístico, como Varadero y la Cayería Norte de Villa Clara y Ciego de Avila.
Es vital el desarrollo de la industria extra-hotelera, ya que no cuenta Cuba con Parques Acuáticos en los polos de sol y playa ni Parques Temáticos en las ciudades. Por ende es necesario cambiar la política respecto a la inversión extranjera directa en el turismo, diversificando la misma y canalizándola hacia nuevos productos innovadores, aunque no sean grandes hoteles ni enormes instalaciones.
SECTOR EXTERNO
En los análisis sobre la evolución de la economía cubana, especialmente en el desempeño de su comercio exterior, debe destacarse el contexto internacional, donde indiscutiblemente pesa el bloqueo de Estados
^Unidos, y el deterioro de los términos de intercambio por la propia estructura tanto de las importaciones como de las exportaciones. Pero también en el país persisten problemas estructurales de una buena parte del período revolucionario, especialmente la escasez de divisas por las magras exportaciones, y las deudas comerciales con un grupo de países, entre otros, que influye en los niveles de producción y esto evidentemente tiene un fuerte impacto en el comercio exterior del país.
Comercio Exterior de Bienes
Las transformaciones relacionadas con problemas de naturaleza estructural han experimentado poco avance en el comercio exterior, especialmente los relativos al saldo deficitario del balance comercial de bienes de 7 744 millones en el 2016, los problemas relacionados con la elevación de la competitividad de las exportaciones, así como las restricciones existentes para lograr la modificación del perfil exportador de bienes.
El desbalance comercial de bienes tipifica el desempeño del comercio exterior cubano a partir de 1959, y se mantiene hasta la actualidad, aunque los efectos reales son más serios a partir de 1991, por lo complejo en la obtención de créditos comerciales, y que las exportaciones no crecen con el dinamismo necesario por la caída de las producciones especialmente el producto típico cubano “el azúcar” ; unido a que las importaciones se mantienen elevadas sobre todo de alimentos (por la incapacidad de la agricultura para producirlo).
La dinámica negativa que mantiene el saldo del balance comercial, es la que provoca tensiones en los resultados de la Balanza de Pagos del país, para hacer frente a la cuenta de capital. (Figura 3)
En el 2016 la mayor parte del intercambio comercial de bienes se realizó con China, Venezuela, Canadá, España, Brasil, Holanda y USA (por las compras de alimentos de Cuba). Hay que destacar la caída del intercambio comercial con Venezuela de más de 2 000 millones dólares en el 2016 con respecto al 2015 y si lo comparamos con el 2014, la caída fue de más de 5000 millones.
Razones de naturaleza estructural, unida a prioridades de política económica, han determinado que los alimentos, medicamentos, combustibles y una amplia variedad de bienes intermedios hayan mantenido una participación superior al 60 por ciento en el total de las importaciones, sin posibilidad en el corto plazo de cambiar esa estructura. Otro asunto de marcada importancia es que la adquisición de estos rubros ha requerido de la utilización de la mayor parte de los ingresos en divisas del país.
Figura 3. Comercio Exterior de Bienes de Cuba 2008–2016 en millones de pesos
Comercio Exterior de Servicios
Una de las características de la economía en los últimos años es el peso de los servicios en el intercambio del país, lo que hace que los déficits presentados en la balanza comercial de bienes se conviertan en superávit con la inclusión de los servicios, aunque disminuyendo a lo largo del tiempo.
El sector de los servicios se mantiene como el primer generador de ingresos a partir del 2004, ocurriendo cambios cualitativos importantes, pues los servicios intensivos en conocimiento han desplazado al sector turístico como máximo generador de ingresos. Debe destacarse que ya más de 50 por ciento de las exportaciones de servicios, corresponden a servicios profesionales, especialmente personal médicos y paramédicos, por lo cual las autoridades cubanas tienen que cambiar la visión que existe de ver al mismo como un sector presupuestado, ya que en términos más reales,
^los trabajadores de la salud se están autofinanciando, por lo cual los trabajadores del sector pudieran exigir un alza de sus ingresos de forma significativa.
Aquí hay un impacto significativo en la caída de los ingresos por exportaciones de servicios provenientes de Venezuela. Aunque no se disponen de datos para el 2016, se estima que la caída sea significativa. (Figura 4)
La situación financiera externa cubana debe llevar a que se tomen decisiones para estimular la obtención de divisas por parte de las empresas o instituciones, ya que hoy no es suficiente, y a pesar de la exhortación oficial a la búsqueda de incrementar la producción y por ende de la exportación, aún se está en presencia de una elevada centralización. Lque es evidente es que si no cambian las reglas, o cambia el entorno en que operan las empresas, se estará en presencia del mantenimiento de una elevada centralización del sector externo.
EMPLEO
El sector no estatal en el 2016 tenía ya unos 1.5 millones de trabajadores de los cuales trabajaban por cuenta propia más de 565 mil trabajadores, ocupados en las actividades aprobadas. Un análisis de la estructura del empleo sectorial evidencia, un subempleo en los llamados “Otros servicios” que es donde fueron aumentando los empleos en los últimos años, a la vez que disminuían los ocupados en el sector de bienes. No se debe olvidar que a partir de los programas asociados a la “Batalla de Ideas” se generaron muchos empleos en los sectores salud, educación, y administración pública, entre otros, que ahora es necesario reducir. El tema no es la dicotomía empleo estatal y no estatal, sino que por diversas causas, incluyendo las ideo-políticas, el estado prefirió el incremento de las plantillas estatales— aunque estuvieran sobredimensionadas por los niveles productivos existentes en los mismos—que permitir elevadas cifras de desempleo, lo que conlleva en un escenario que está cambiando a rectificar esas decisiones. Hubo actividades que no se justificaban que estuvieran en manos del estado, especialmente la gastronomía y servicios técnicos de reparación, entre disimiles actividades.
Figura 4. Exportación de servicios de Cuba en millones de pesos
En este interés de la “actualización” del modelo cubano, es viable la incorporación de las Micro, Pequeñas y Medianas empresas (MPYMES), cuya eventual implementación se previó a mediados de los 90 del pasado siglo, en un proceso que quedó interrumpido por diversos factores. Las mismas caben dentro de las propuestas de expansión del trabajo por cuenta propia que se deben expandir. Las ventajas de las MPYMES incluyen que son una alternativa de muy necesario empleo, producen un mejoramiento del nivel de vida e incremento del ingreso de sus integrantes, permiten la descentralización de ciertas producciones y servicios y permiten un incremento de oferta de bienes y servicios.
El proceso de incrementar el sector privado debe superar las insuficiencias que fueron lastrando el papel de los trabajadores por cuenta propia en el pasado, entre ellas las dificultades con las compras de sus insumos, la política fiscal contractiva, y el reglamento de subcontratación de fuerza de trabajo, por solo citar los más importantes.
¿QUE SE PODRÍA HACER?
Son disímiles las acciones que se pueden realizar en el corto y mediano plazo.
- El país tiene que incrementar las exportaciones, pero eso se logra cambiando las reglas que han estado imperando hasta el momento, y especialmente es necesario descentralizar el comercio exterior
- No basta con estar de acuerdo en que es necesario implementar las MPYMES, sino que hay que lograr en el corto plazo, que se materialice esta idea, y por eso es necesario ir creando instituciones financieras no bancarias, especializadas en microcrédito.
- Aunque el bloqueo económico de USA a Cuba es el primer obstáculo para avanzar hacia la pertenencia de organismos financieros internacionales, habría que retomar el tema y ver si las autoridades cubanas tienen una ruta crítica o un interés marcado para dar pasos hacia ese
- Es necesario el apoyo a las cooperativas urbanas, como una forma más social de producción, y debe ser una tarea prioritaria y salir de lo que el gobierno llama una etapa de experimentación, con un desarrollo masivo de las
- Deberían agilizarse las aprobaciones del capital extranjero que muestra interés en tener presencia en Cuba: el país necesita capital fresco, y no puede darse el lujo de burocratizar tanto ese
- ¿Por qué seguir con la excesiva centralización de las decisiones, dado que al directivo de una entidad estatal se le ve más como administrador que como gerente de una empresa? ¿Qué margen de maniobra tiene?. ¿Cuando se pondrá en vigencia una Ley de Empresas?
- Las instituciones cubanas siguen funcionando con un esquema muy conservador, y no toman riesgos; siempre esperan señales de arriba y las conclusiones es que siempre será así, o hay que revisar esos
- Se debe decidir la creación de las empresas privadas en actividades aun no aprobadas, o con las facilidades necesarias para su desarrollo, tomando de las experiencias que ven los directivos cubanos cuando visitan otras realidades de nuestro
- ¿Por qué no se acelera el acceso de internet a toda la sociedad, y se utiliza eficientemente el comercio electrónico, los pagos electrónicos de servicios, de impuestos, entre otros?
- Se debe autorizar al campesino cubano a participar en las diferentes operaciones de comercio exterior, que pueda comprar insumos, incluyendo transporte, maquinaria, que pueda exportar sus producciones, entre
Un reconocido economista cubano, Pedro Monreal expresó recientemente:3
A la gente no le interesa que se declare en abstracto que la nación será próspera, sino que les interesan dos cosas: en primer lugar, cuándo y a qué ritmo se avanzaría hacia la prosperidad nacional; y en segundo lugar, cuánto de esa prosperidad nacional “les va a tocar” a ellos. Lo primero puede medirse con el Indice de Desarrollo Humano (IDH), lo segundo se mide con un indicador de distribución del ingreso, como pudiera ser el índice de Gini.
O se adoptan metas ambiciosas que sean medibles y por las cuales deban responder los funcionarios, o se corre el riesgo de diseñar un esquema ambiguo de desarrollo, quizás cargado con una narrativa florida, pero poco relevante.
COMENTARIOS FINALES
A pesar de que Cuba es una “economía abierta” pero muy diferente a China, la expansión del mercado interno es una condición imprescindible para el desarrollo de cualquier tipo de economía, y por tanto, debe ocupar un papel prominente en cualquier estrategia de desarrollo. Este ha sido obviamente un componente que estuvo ausente en las políticas económicas cubanas de los últimos años, y aunque tímidamente se ha identificado como una prioridad de los planes de desarrollo en la actualización del modelo económico cubano, aun no se incentiva el despliegue a plena capacidad de las potencialidades del cubano común.
La inversión es una variable clave para generar un proceso de desarrollo orientado al cambio estructural en cualquier economía subdesarrollada, y si Cuba pretende dar un salto hacia el desarrollo y ubicarse en una posición más favorable a nivel mundial, no puede obviar ese indicador.
Es importante observar el ritmo creciente de las remesas, ya no solo como remesas desde el punto de vista clásico, es decir como consumo, sino como vehículo para la financiación a las empresas privadas en el país que se está produciendo. Por lo que el estado debería estar en disposición de atraer esos recursos y darle un fin más ordenado, vía hipotecas de viviendas, apartamentos, terrenos, negocios, etc.
Se necesitan ya los cambios de mentalidad o de cambios en los decisores económicos y de riesgos para que Cuba se incorpore a los circuitos internacionales de comercio. La gradualidad es la variable escogida por las autoridades cubanas, pero la misma tiene también que tomar en paralelo cambios más radicales.
Las cifras macroeconómicas demuestran que la “actualización del modelo cubano” después del 2011 no ha sido capaz de producir el nivel de crecimiento económico que se necesita para colocar a Cuba en la senda del desarrollo. El periodo de 7 años (2011–2017) es un plazo más que razonable, para juzgar si una estrategia económica se encuentra encarrilada o si no lo está.
La valoración de las perspectivas del desarrollo nacional no puede basarse en el examen de una “visión” construida principalmente sobre aspiraciones. Los cambios en el ritmo o alcance que necesita la reforma económica en el corto plazo no son visibles o no están claros para un grupo mayoritario de la población cubana.
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