Notes1
La economía cubana creció en 2.5% en 1997, según informes oficiales. Sin embargo, en casi todos los sectores de la economía nacional, no se cumplieron con las metas de producción, productividad e inversión.
En Cuba, como en muchos países de economía abierta, el crecimiento económico esta asociado fundamentalmente con el incremento de las exportaciones, y en el caso cubano, aún más por las características que tiene el mercado interno, mientras que la extrema escasez de recursos financieros externos hace en estos momentos más necesario generar superavit comerciales. Lo necesario no se logró en 1997.
Excepto en algunos sectores o productos del area dolarizada de la economía—turismo, tabaco, níquel y algunos segmentos de las empresas mixtas de orientación externa—sigue sin relacionarse el esfuerzo del trabajador y la remuneración que recibe, o sea, entre trabajo y salario.
En las publicaciones oficiales siguen las quejas de los dirigentes por la falta de disciplina laboral y baja productividad en el trabajo, mientras que se continúa explicando la crisis y la falta de desarrollo del país en base al bloqueo, la introducción de plagas desde el exterior y hechos naturales adversos. Todos ellos factores externos incontrolables por la gestión pública según la actual dirigencia cubana.
A nivel estructural, continúan vigentes las varias economías: la financiera del Comandante; la dual dolarizada y no dolarizada; extranjera y estatal vs. la cuentapropista reprimida; la negra de la informalidad; la roja de la corrupción y los privilegios de sectores de la nomenklatura.
En Cuba no hay tendencias ni cambios. Es un sistema represivo, monolítico y totalitario. La represión aumenta cada día. El gobierno cubano, cediendo a presiones internacionales, ha cambiado sus medios de represión al igual que ha hecho muchas veces en el pasado, pero continúa el hostigamiento ostensible y peligroso, y no hay cambios—ni esperanza de los mismos.
ANALISIS GLOBAL DE LA ECONOMIA
De acuerdo con la CEPAL, el desempeño económico de Cuba del 1991 al 1996 fue el peor de América Latina y el Caribe, incluyendo Haití, registrando en ese período una tasa promedio acumulativa anual del – 4.8%. No obstante, el Gobierno le ha pedido a sus economistas que digan que la economía mantiene un crecimiento irreversible y de ahí el entretenimiento si ya tocó fondo o no. Entre los que han tratado de cumplir esta consigna estan José Luis Rodríguez, Ministro de Economía y Planificación, y Osvaldo Martínez, Presidente de Asuntos Económicos de la Asamblea Nacional.
Considerando la fuerte correlación que existe entre los valores de las exportaciones y los del Producto Interno Bruto (PIB), se llevó a cabo un análisis de regresión lineal con una serie de datos, el cual dio como resultado una discrepancia entre la tasa de crecimiento informada por el régimen para el PIB en 1997 (2.5%; el plan era llegar al 4.0%) y la obtenida mediante los cálculos realizados (0.1%, o sea, practicamente sin crecimiento). Por eso se duda del 2.5% de crecimiento en 1997.
De todas maneras, no olvidemos lo escrito por Carmelo Mesa-Lago en 1995. En caso de que la (supuesta) recuperación se mantuviera al 4% anual habría que esperar hasta el 2,009 para tener el mismo PIB per cápita de 1985.
COMPORTAMIENTO POR SECTORES Y PRODUCTOS ESPECIFICOS
Los sectores y productos que crecieron en 1997 incluyen el turismo, la producción industrial, y la producción de níquel y de tabaco. Los que disminuyeron incluyen el sector agropecuario y del azúcar. Hay dudas con respecto a la producción de arroz y leche. Específicamente, hay informes contradictorios sobre las producción de leche y de arroz, si se tiene en cuenta lo reportado a la Asamblea Nacional por José Luis Rodríguez (crecieron ambas) y lo reportado por el Boletín de Estadísticas Seleccionadas de Cuba 1996 de la Oficina Nacional de Estadísticas, p. 6 (ambas declinaron).
Sector agropecuario
La producción del sector agropecuario en 1997 decreció en 2.8% con relación al año anterior. En la producción de alimentos, en 1997 no se ha podido recuperar los decrecimientos arrastrados desde 1989, en cuanto a volumen físico de la producción agropecuaria, volumen físico de cultivos agrícolas y volumen físico de la producción pecuaria.
En la zafra 1996-97 se esperaba lograr un nivel algo superior a las 4.446 millones de toneladas (lo logrado en la zafra 1995-96) y se reportó 4.252 (96%, o sea 194 mil toneladas menos que en la zafra anterior).2
Diez de las 13 provincias azucareras incumplieron su plan.
Por razones técnicas3 la zafra 1996-97 no pudo alcanzar los 4 millones de toneladas y la cifra que se informó (por el Gobierno) tiene el propósito de no dar la verdadera dimensión del desastre de la última zafra, y de paso hacer creible el crecimiento anunciado de 2.5% en el PIB, mientras disminuye en forma alarmante la principal producción del país. En 1997 los ingresos azucareros (estimados) registraron un descenso de un 12.5% con relación al año anterior.
A pesar de esto, el régimen es bastante optimista sobre el sector agropecuario. Espera que en 1998 crezca entre 6.5 y 7.5%, un objetivo dificil de alcanzar en vista del estancamiento, desaceleración o dismininución de la producción sufridos por muchos de sus productos en períodos anteriores, a lo cual se agregaría en 1998 el descenso de la producción cañera.
Exportaciones y balanza de pagos
En 1997 se incumple el plan de exportaciones en un 10.2%. Las exportaciones se vieron afectadas por la disminución en volumen y precio del azúcar y el descenso del precio del níquel. En realidad, el descenso tendencial de los precios de los productos básicos en los mercados internacionales impide realizar una elemental planeación de los ingresos por exportación. Ahora el desenvolvimiento de la economía cubana— dependiente en grado extremo del comercio exterior—esta condicionado fundamentalmente a los resultados de fuerzas y fenómenos económicos internacionales sobre los cuales la dirección nacional no puede ejercer gran influencia. Es una situación bastante desventajosa, pues los pocos créditos que puede obtener el país son en condiciones muy onerosas.
Con el bajo crecimiento de las exportaciones (0.6%) y el incremento de las importaciones (casi 20%), Cuba registró en 1997 uno de los mayores saldos adversos en la balanza de pagos de los últimos años, estimado en más de 400 millones de pesos, a pesar del aumento de los ingresos del turismo internacional y de las remesas familiares.
Industria
Según el reporte de José Luis Rodríguez a la Asamblea Nacional, la actividad industrial creció en un 7.8%; de 21 ramas industriales, crecieron 15. Y eso ocurrió, añadimos nosotros, a pesar de la sustancial reducción de la producción de azúcar.
Las producciones industriales que más crecieron— con relación a 1996—fueron generación de electricidad, acero, cemento, tobaco torcido y jabón de tocador. Pero estos aumentos de producción tuvieron un efecto menor en la actividad económica que el de la producción azucarera.
Dos comentarios sobre el jabón de tocador y el tabaco torcido:
• Casi toda la producción de jabor de tocador se destinó al turismo y al mercado en divisas y poco a través del mercado racionado. Es decir, que las personas que no entraron en 1997 en el porciento con acceso a divisas (49.5%) pasaron grandes apuros para asearse.
• La producción de tabaco torcido en 1997 (250 millones de unidades) superó en más del 30% los niveles de 1995 y 1996 (181.4 y 189.1 millones de unidades, respectivamente), pero quedó por debajo del nivel de 1957 (340 millones) y más aún de los que se elaboraron en 1920 (563 millones, el máximo), en 1947 (400 millones) y en 1952 (403 millones).4
En el mercado local, se acentuaron las carencias en casi todos los productos manufacturados de consumo directo.
Minería y petróleo nacional
Las estadísticas oficiales sólo reportan el níquel, de lo cual se infiere que los otros renglones de la producción minera—cromo refractario, cobre concentrado, etc.—siguen en crisis.
Cuba esta considerado el primer país en reservas absolutas de níquel en el mundo y ocupaba antes de la crisis minera, el quinto lugar como productor. La producción de níquel en 1997 aumentó en 16.8% con relación al año anterior. Aunque se incumplió el estimado de producción para ese año de 67.0 miles de toneladas, la cifra alcanzada de 62.6 miles de toneladas rompe records anteriores. El metal tuvo un descenso en su precio en el mercado mundial en 1997.
La producción petrolera en 1997 declinó ligeramente con relación al año anterior. Ya entre 1995 y 1996, el incremento fue de sólo 0.3%, pasando de 1470.9 miles de toneladas a 1475.9 miles de toneladas. Según un especialista del Ministerio de la Industria Básica, la mayoría de los pozos de petróleo, con excepción de los de Varadero, han llegado a su límite productivo y será necesario poner en explotación nuevos pozos para lograr nuevos incrementos de producción.
Turismo
En los últimos tres años, los ingresos brutos por turismo sobrepasaron los de las zafras. Esto ocurrió en parte porque el ingreso por turismo aumentó y el de la zafra disminuyó. Los ingresos totales generados por el turismo crecieron en 1997 en más del 12% (con 1,180,000 visitantes) con respecto al año anterior, aunque se incumplió la meta en un 5.3%. Los ingresos por turista disminuyeron entre 1995 y 1997 en un 13.4%. Para 1998 se prevee un aumento en ingresos totales del 22%, con 1.4 millones de visitantes.
Presupuesto
El déficit presupuestario alcanzó el 2% del PIB, estimándose entre 450 y 470 millones, según el Ministro de Finanzas y Precios, dentro de los parámetros planificados. La principal medida para reducir el déficit fue el aumento del impuesto de circulación, un impuesto de tipo indirecto, es decir, de los que paga el contribuyente, sin saberlo, al comprar bienes y servicios. Este impuesto no ha sido establecido por la crisis económica; en 1989 el impuesto de circulación representó casi el 20% del Producto Social Bruto (PSB) y el 26% del Producto Interno Bruto (PIB). El Ministro de Finanzas y Precios estima que las pérdidas de las empresas estatales en 1997 excedieron en 200 millones al subsidio asignado para cubrirlas. Para 1998 se prevee un ligero incremento del déficit flscal, situándose a un nivel del 2.9% del PIB.
Liquidez monetaria
La liquidez en manos de la población, medida en moneda nacional, disminuyó de 9,634 millones de pesos al cierre de 1996 a una cifra estimada entre 9,334 y 9,384 millones de pesos en 1997. Sin embargo, todavía es algo más que el doble que la existente en 1989 (4,163 millones de pesos). En realidad, el exceso de liquidez no es un fenómeno nuevo y propio de la crisis, pero si agrabado por la misma. La escasez de bienes y servicios ha estado enraizada en nuestro país desde los inicios de la década de los años 60, manifestándose su efecto, en mayor o menor medida, sobre la circulación monetaria y dando lugar a la aparición, desarrollo y permanencia de la bolsa negra y ahora de la roja. Para 1998, se predice que la liquidez se reducirá en 200 millones por aumento de los impuestos, el incremento de una oferta estatal más diversificada y el alza de los precios al consumidor.
Inversiones
Financiar el plan económico sigue siendo la misión imposible para los asesores económicos del gobierno. Las fuentes se mantienen escasas, y las que hay, a veces se cierran por el incumplimiento de adeudos anteriores.
Sin embargo se sigue soñando. Si durante 1997 las inversiones crecieron en 7.6% frente al 10% planificado, ¿cómo es posible que para 1998 se prevea una aceleración del proceso inversionista con un incremento del 22%?, cuando el reajuste que conllevará la reducción de la zafra por debajo de los 4 millones de toneladas determinará nuevas estrecheces de carácter financiero. El sector externo se le hace cada vez más difícil al régimen, pues el saldo del balance en cuenta corriente es cada año más adverso.
Indicadores de eficiencia
En 1997, la productividad del trabajo alcanzó un discreto crecimiento del 0.6%, resultando comparativamente desfavorable con relación al salario medio, que creció 3.3%. Esta cuestión no es nueva en la economía cubana. La política de empleo continúa erosionando la productividad del trabajo. Se sigue absorbiendo en forma generalizada e improductiva el desempleo, aplicando criterios estrictamente sociales (evitando efectos políticos, como los del Malecón en agosto de 1994). Desde fines de la década del 70, la CEPAL viene señalando los efectos nocivos de dicha política.
El índice físico de consumo energético, como de costumbre, sigue creciendo por encima del crecimiento del PIB. Antes de la crisis (1985-90) también crecía (1.2% anual), aún cuando en ese mismo período el PIB decreció al 0.81% como promedio anual.
PROBLEMAS RELACIONADOS DIRECTAMENTE CON LA POBLACION
La creciente brecha entre la demanda solvente de la población y la oferta estatal de bienes y servicios durante la crisis sigue alimentando la espiral inflacionaria. La apertura de los mercados agropecuarios desflacionó en algo los precios de la economía sumergida (bolsa negra). Pero parmanecen altos en ese mercado, en el de los productos industriales y en la gastronomía privada y estatal. En 1997 el salario medio mensual pasó de 207 a 214 pesos. Sin embargo este aumento se reconoce como insignificante frente a la inflación.
Aumentó el consumo de la población en los mercados regulados o que venden en divisas y el consumo en el mercado racionado se mantiene a niveles de 1996. Comparando los precios en el mercado paralelo estatal de 1986 con el agropecuario de 1997 los aumentos en 1997 fluctúan entre 233% y 1,400% para artículos como el arroz, frijoles negros, carnero, cerdo, tomate de ensalada y aguacate.
Cuba ha pasado de ser un país de remitentes de remesas (españoles y chinos) a receptor de remesas. Estudios independientes estiman que por lo menos el 35% de la población recibe remesas del extranjero, principalmente de Estados Unidos. Los cubanos en el exilio son “los nuevos españoles y chinos” para el régimen de La Habana. Un estudio de la CEPAL fija las remesas familiares en 800 millones anuales (confirmando estimados dados en reuniones de ASCE) de los cuales 620 millones (casi un 80%) son captados por el régimen a través de sus cadenas de establecimientos en divisas. Ello posibilita que el régimen aumente sus ingresos en moneda libremente convertible, esperando en 1998 un aumento del 17.8% en las venta de mercancías y servicios en divisas convertibles.
En este sentido, los gusanos y apátridas siguen ayudando a subsistir a una buena parte del pueblo cubano. El 25% de la población recibe remesas y el 49.2% de los ciudadanos forma parte del “nivel de tenencia de divisas.”
Los productos con dificultad de encontrar en 1997 incluyen el combustible doméstico y el aceite. El sector de peor desempeño es la vivienda. En 1994 el 46% del fondo de viviendas era considerado en el mal estado en La Habana. Lo construído en 1997 por los sectores estatal y cooperativo cumple con el 89% de lo que se pensaba construir y no cubre el deterioro anual.
En resúmen, ¿qué es lo que le propone el régimen al pueblo cubano como metas futuras? Sencillamente, niveles de producción que ya fueron alcanzados o sobrepasados en décadas pasadas. En 1925, por ejemplo, se registraron producciones de azúcar y tabaco torcido superiores a las cifras previstas para 1998, con la gran diferencia que en 1925 Cuba tenía una masa demográfica que no sobrepasaba en mucho a los 3 millones de habitantes (3,415,216), mientras que en 1998 tendrá más de 11 millones.
Y mientras tanto … más Período Especial. Que según el jefe del régimen, “no importa si dura toda la vida.” 5
FOOTNOTES
1. Basado principalmente en el trabajo “Recuento de un año,” publicado en el Boletín No. 8 del Grupo de Trabajo de la Disidencia Interna para el Análisis Socioconómico de la Situación Cubana (Diciembre 1997). El resumen fue elaborado y leído en la reunión de ASCE por Ricardo A. Puerta.
2. Informe de José Luis Rodríguez a la Asamblea Nacional, en Trabajadores (15 de diciembre de 1997).
3. Ver Arnaldo Ramos Lauzurique y Manuel Sánchez Herrero, “¿Cuál es la realidad de la zafra 1996-97?” Boletín No. 8 del Grupo de Trabajo de la Disidencia Interna para el Analisis Socioeconómico de la Situación Cubana (Diciembre 1997).
4. Estadísticas Seleccionadas de Cuba (abril de 1997), p.5 y Anuario Estadístico de Cuba 1957, p. 177.
5. Fidel Castro, en Trabajadores (13 de octubre de 1997), p. 4.
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