Ante todo queremos reafirmar que los autores no somos parapsicólogos ni endosamos ninguna creencia religiosa o nos adherimos a ningún sistema filosófico. No profesamos o practicamos ningún tipo de rito esotérico o paranormal, ni pretendemos ser expertos en esta materia. Sólo nos mueve el interés de abrir brecha en lo que nos parece un campo fascinante en la labor científica, ya que hoy en día se acepta lo que vamos a plantear como ciencia legítima. Prueba de esto es el Centro Latinoamericano de Parapsicología en Anchieta, San Pablo, Brasil; y el Instituto Rhine, Duke, Carolina del Norte, entre otras muchas instituciones de estudios parapsicológicos en diversos países.
Este trabajo tiene como objetivo esencial tratar de arrojar luz sobre la fenomenología paranormal que, en nuestra opinión, ha contribuido significativamente— y continúa contribuyendo—al desarrollo de muchos de los eventos de la historia de Cuba, y por extensión, de todo quehacer humano. Hemos tratado de evitar hasta donde haya sido posible, las especulaciones, concretándonos a los hechos científicamente probados. Sin embargo, como es lógico esperar de un intento de investigación de esta índole, aspiramos a que induzca más preguntas que respuestas y que sea, hasta donde podamos, un primer intento serio de entender cosas que hasta ahora no se ha podido explicar a cabalidad de otra manera. Sabemos, sin embargo, que la reacción acostumbrada por parte de los escépticos o desconocedores de este tipo de estudios es de asombro, de crítica acérrima o de ridiculizar cualquier tipo de hipótesis similar.
METODOLOGÍA
El diseño de esta monografía usa como metodología el compendio de datos relacionados con la historia de Cuba y algunos estudios llevados a cabo en el campo de la parapsicología. Una de las dificultades de este tipo de investigación es la limitación del método científico, ya definido por Lord Kelvin (William Thompson, Primer Barón de Kelvin), al manifestar que si no se podía medir o cuantificar algo, no se estaba haciendo ciencia. Este es uno de los problemas que enfrentamos cuando se lidia con algunos fenómenos metafísicos. Afortunadamente, las estadísticas y particularmente, el uso de la teoría de probabilidad y de las técnicas de correlación, han permitido abrir brecha en el campo de los así llamados fenómenos paranormales. Recordemos, además, que el quehacer científico debe ser un ejercicio en duda y no en certidumbre; y que siempre hay resistencia natural al cambio. Sólo basta recordar los eventos relacionados con las vidas de Jesús, Galileo, Juana de Arco, Savonarola, con la Inquisición, y más recientemente las diversas formas de intolerancia del siglo XX.
HIPÓTESIS
La hipótesis de trabajo es que hay una alta correlación entre la voluntad del dictador cubano de detentar el poder absoluto y el uso de toda una serie de técnicas de autosugestión y sugestión colectiva, a través de los casi cincuenta años de control político de la sociedad cubana, y que tienen su base en las características metafísicas de la historia de Cuba, a partir del Descubrimiento de Colón. Entendiendo por metafísica los efectos potenciales del conjunto de creencias, ritos, expectativas relacionadas con aspectos religiosos y seudo religiosos, incluyendo todas las modalidades enumeradas más adelante.
En el caso particular de la personalidad de Fidel Castro, una de los objetivos de este trabajo es el de tratar de explicar cómo él pudo lograr su llegada al poder y haberse mantenido influyendo en la sociedad cubana y en las vidas de otros pueblos de una manera tan absoluta y definitiva por medio siglo. Lo que se puede observar en sus características físicas, a nivel consciente, es impresionante pero no es suficiente para explicar lo que ha logrado, aún si entrar en ningún tipo de valoración, es decir, puramente en términos positivos, no normativos. Por ejemplo:
• Son notables su estatura, carisma, energía, capacidad de atraer la atención del auditorio, memoria, dotes de orador efectivo, voluntad, etc.
• Aunque su intelecto no parece ser lo que aparenta, su capacidad de trabajo y disciplina en el aprendizaje le han permitido compensar las deficiencias que al principio de su vida pública lo llevaron a cometer errores garrafales.
• Su inteligencia parece ser sumamente aguda en su fase intuitiva y sus reacciones ante eventos caóticos casi siempre son magistrales.
• Es un maestro de la distracción, el disimulo, las medias verdades, los sofismas y el engaño.
• Cínico y calculador, es implacable con el enemigo y tiene la paciencia necesaria para escoger el momento decisivo del contra ataque.
Sus héroes legendarios son Alejandro Magno—cuyo nombre parece que adoptó hasta el punto de alterar su nombre de pila de Fidel Casiano o Fidel Hipólito a Fidel Alejandro—también como seudónimo en la fase conspirativa contra el régimen de Batista y en darle nombre a uno de sus hijos, Julio César, Maquiavelo, Napoleón, Hitler y Perón. Sus enemigos lo ven como a un tirano sanguinario capaz de las más bajas ignominias, casi como al demonio; y sus defensores experimentan una admiración rayana con la adulación y, en muchos casos algo similar a lo que la mayoría del pueblo cubano a principios del año 1959 sentía: era el mesías de Cuba, el salvador de lo más puro de la Patria, el único hombre capaz de llevar a Cuba a las cumbres de su éxito socioeconómico y a la tan deseada gloria internacional.
¿Qué ocurrió entonces? Es fácil decir que se traicionó la revolución, que se le mintió al pueblo, que se llevó a cabo un proceso de transnaturalización de la revolución, debido a una conspiración foránea, etc. Lo intrigante es tratar de explicar la tragedia de Cuba durante los últimos cincuenta años solamente en términos de la capacidad de un ser humano de llevar a cabo una agenda privada que lo ha consolidado en el poder a pesar de todos los esfuerzos llevados a cabo para derrocarlo. ¿Puede eso explicarse científicamente en términos “normales”?
Nuestra hipótesis de trabajo es que tanto en el caso de Cuba y Castro, como en el de la Alemania de Hitler, la Italia de Mussolini, la Argentina de Perón y las de los otros “héroes legendarios” mencionados anteriormente, la fenomenología paranormal, como la explica la ciencia de la parapsicología, tiene mucho que aportar. Y cuando nos referimos a parapsicología no estamos hablando de lo que la mayor parte de la gente entiende por explicaciones vanales de fenómenos que se pueden explicar de diversas formas y que casi siempre tienen el propósito de explotar la ingenuidad de muchos que de buena fe quieren creer en algo o en alguien, a manera de resolver problemas de angustias existenciales o problemas cotidianos.
Cuando se indaga sobre los rasgos psicológicos de todos estos personajes citados, fácilmente se hallan anécdotas de lo que se clasifica como comportamientos neuróticos, psicosis marginales y agudas, esquizofrenias, paranoias, bipolaridad, síndrome obsesivocompulsivo, etc. En muchos casos, estos personajes consultaban astrólogos, pitonisas, expertos en interpretación de sueños, cartas, caracoles, números y otros medios que en la parapsicología se estudian como modalidades de explicar estados excitados de conciencia. Hitler, por ejemplo, tenía su propio parapsicólogo y Nancy Reagan, más recientemente, consultaba astrólogos para determinar momentos y situaciones óptimas a fin de que su esposo pudiera implantar éxitosamente políticas de estado. Los famosos campeonatos de ajedrez entre Boris Spasky y Bobby Fischer en Islandia en 1972, y Karpov y Korchnoi, primero, y Karpov y Kasparov más adelante, estuvieron repletos de incidentes parapsicológicos, según quejas de los retadores norteamericano y soviéticos, respectivamente. Los profetas del Antiguo y Nuevo Testamentos de la Biblia Judeocristiana, como Amós, Isaías, Malaquías y San Juan Evangelista con su aportación en el Apocalipsis; y, más recientemente, Descartes, Newton, Nostradamus, Pascal, el Presidente McKinley, Nancy Reagan y otros, inundan la historia metafísica de la humanidad con ejemplos de esta índole.
Estas modalidades pueden clasificarse como: (1) Adivinación; (2) Astrología; (3) Brujería o Sincretismo; (4) Espiritismo; (5) Espiritualidad Judeocristiana; (6) Hipnosis e Hipnosis Colectiva; (7) Numerología; (9) Magia; (10) Diversas formas de Mística, incluyendo la Ignaciana y Franciscana, en la religión católica, en particular, y las otras formas Místicas Judeocristianas, en general; (11) Santería; (12) Sugestión Individual o Colectiva; y (13) Superstición.
RESULTADOS
Los resultados obtenidos, de acuerdo al título de esta presentación, deben contribuir de manera muy incipiente a dar respuesta a la incógnita de cómo se ha podido mantener en el poder un régimen con las características del cubano por casi medio siglo, a menos de cien millas de las costas de EE. UU. Hasta donde sabemos, este trabajo es el primer esfuerzo en tratar de explicar esta realidad, yendo más allá de los límites de los fenómenos normales, estudiados por la parasicología, ciencia que cada vez abre más brecha y reclama su debido lugar entre todas las demás ciencias sociales, separándose en su esencia, de aspectos religiosos o de superstición y de la práctica irresponsable de aquéllos así llamados parasicólogos que realmente distan mucho de ostentar con honor ese título.
A fin de entender la extraña relación de Fidel Castro con la Cuba de los últimos cincuenta años—y con el resto del mundo a través de ella—tenemos que comprender su personalidad, proyectada por una rara amalgama de características físicas y metafísicas, a saber, su extraño conocimiento intuitivo y sugestivo de la psique del cubano en su evolución histórica desde por lo menos el nacimiento de la identidad nacional.
Visión de San Antonio María Claret1
Durante los primeros años de la década de los 1960, y a raíz del fallecimiento de la señora madre del sacerdote salesiano Enrique Méndez Norma en Santiago de Cuba, éste se dirigió al Arzobispo Pérez Serantes para agradecerle por la misa que acababa de celebrar por el alma de la progenitora del Padre Méndez. Al despedirse el Padre Méndez del Arzobispo Pérez Serantes, le comentó que esperaba que la pesadilla que Cuba estaba empezando a vivir terminara pronto. El Arzobispo Pérez Serantes le contestó: “Cuarenta años, Méndez, cuarenta años.”
Según el Padre Méndez, esto parece confirmar los rumores de que la Iglesia Católica tuvo acceso a información de una visión de San Antonio María Claret, quien fuera Arzobispo de Santiago de Cuba de 1851 al 1857. Se dice que en una ocasión, cuando éste viajaba a caballo por la Sierra Maestra, se cayó, quedó inconsciente y tuvo una visión, vaticinando (precognición o facultad Psi Gamma) más de cien años antes, el proceso de lucha contra un dictador (Batista) desde aquella región y el sufrimiento del pueblo cubano por un período de tiempo extremadamente prolongado (cuarenta años alegóricos y no necesariamente cronológicos). Esa información clarividente, que detalla las características de su comandante como un hombre joven, barbudo, carismático, que fumaba tabaco, con un uniforme no usado hasta entonces en Cuba y bajando de la Sierra Maestra con un ejército de hombres con rosarios al cuello; se conservó en la Catedral de Santiago de Cuba por un tiempo y eventualmente se pasó al Vaticano. En esta información parecen haberse fundamentado los discursos de Pío XII de los años 1947 y 19542 y durante el Congreso Eucarístico también en la década de los 1950.
Patología y Estado Excitado de Conciencia
Según la doctora Beato,3 la patología de Castro se basa, en parte, en una dualidad, consecuencia de un sustrato de identidad desde su nacimiento: un doble nombre, doble hogar, doble familia y doble identidad.
Según ella, Lina Ruz, madre de Fidel Castro, por años sirvienta de la casa, se instaló entonces como la nueva señora y dio a luz, el 13 de agosto de 1926, a un tercer hijo, al que Ángel puso como primer nombre de su amigo y socio en los negocios: Fidel Pino Santos. Como María Luisa Argota, previa esposa de Ángel Castro, ya le había planteado el divorcio y reclamado la mitad de sus tierras, éste simuló estar arruinado y traspasó las propiedades a su socio Fidel Pino Santos. Para acallar rumores y ocultar la existencia de los hijos ilegítimos, decidió enviar a los niños a vivir con sus amigos, el cónsul haitiano en Santiago, Hippólite Hibbert y su esposa Emercianne. Fidel tenía entonces 4 años. A esa temprana edad tuvo que adaptarse a tener dos familias, dos parejas de padres, dos hogares, a lidiar con su condición ilegítima, creando hondos conflictos psicológicos.
Continúa señalando la doctora Beato, que dos años después fue enviado como interno al Colegio de La Salle también llamado de Dolores, por hallarse en la Plaza de Dolores, en Santiago de Cuba. Allí conoció a uno de sus condiscípulos, hoy Padre Enrique Méndez Norma, Sacerdote Salesiano que reside en Puerto Rico. Fidel Hipólito Ruz parece haber sido humillado repetidamente por su origen bastardo, por tener como madre a una criada analfabeta y por no estar bautizado; debido a lo que le llamaban “judío”. Cuando tenía 8 años, al fin fue bautizado, teniendo a la pareja haitiana de padrinos, y apareciendo en el acta oficial de bautismo como Fidel Hipólito Ruz, sin mención de Ángel Castro como su padre.
Según la doctora Beato, no fue sino hasta 1940 que Ángel Castro y Lina Ruz legalizaron su unión. Tres años después, el 11 de diciembre de 1943, Fidel fue reconocido como hijo legítimo de Ángel Castro Argiz, cuando ya tenía 17 años. Fidel Hipólito Ruz al fin podía llamarse Fidel Casiano (Alejandro) Castro Ruz. Pero las humillaciones sufridas durante los primeros años de su vida dejarían una huella imborrable, ansiosa de venganza, en su atormentada mente.
Después de su tardío reconocimiento como hijo legítimo, el adolescente Fidel Castro al fin pudo incorporarse de lleno a su familia. Se trasladó de Birán a La Habana, matriculándose en el Colegio Jesuíta de Belén, uno de los más prestigiosos de la capital cubana. Allí comenzó a destacarse académicamente y, al mismo tiempo, a mostrar su insaciable ambición de poder. En Belén, uno de sus condiscípulos fue un exvecino de Banes, Rafael Díaz-Balart, con cuya hermana, Mirta, eventualmente contrajo matrimonio.
Al graduarse en Belén, señala la doctora Beato, Castro se matriculó en la Escuela de Leyes de la Universidad de La Habana, donde rápidamente se involucró en activismo estudiantil, haciendo un intenso debut en el panorama político de la Isla. Aquí comenzó su época de “gatillo alegre,” con una reputación de gángster, de aventurero violento y de matón. Todo esto culminó con su clara participación en el nefasto “Bogotazo” de 1948, adonde fue supuestamente para infiltrar los movimientos estudiantiles universitarios de América Latina. Este evento concluyó con revueltas, y el incendio de la capital colombiana después del asesinato del líder del partido liberal Eliézer Gaitán.
Raíces Ideológicas
Según el biógrafo de Castro, el francés Serge Raffy, al regreso de Castro de Bogotá se produjo en La Habana su encuentro con el agente soviético Fabio Grobart, que determinaría su afiliación política para siempre. Raffy sostiene que la ideología marxista de Castro tuvo su origen en esa fecha. Fabio Grobart, uno de los fundadores del antiguo Partido Comunista de Cuba (Partido Socialista Popular), era un polaco enviado por el Kremlin a América Latina para reclutar agitadores “anti-imperialistas” que para despistar, simularan ser anti-comunistas y tuvieran una imagen pública como tal. Y Castro, con su engañosa imagen de revolucionario humanista, que ocultaba su activismo violento y métodos brutales, era el candidato perfecto para la tarea, ya que poseía la camaleónica duplicidad requerida.
Esta condición de “agente doble” era terreno conocido para Castro. Según Raffy, continúa diciendo la doctora Beato, esta duplicidad “no fue por la práctica de la denegación, traición o virajes propios del juego político; sino por una verdadera estructura psicológica derivada de las circunstancias de su origen: la propensión a ser simultáneamente dos personas; a jugar en dos campos al mismo tiempo; opuesto a la imagen del personaje íntegro e impetuoso que representa. Esta estructura de lo doble aparece en todas las acciones que emprende, ocasionando crisis, pues es una conducta que implica el ‘double-bind,’ que, como se sabe, es el origen de muchas perturbaciones mentales.”
Fidel Castro y las Religiones Afrocubanas
En Cuba, circula la historia de boca en boca entre paleros y santeros de que Fidel Castro cuando tenía seis años fue curado de una grave enfermedad en un oficio de Palo Mayombe y, desde entonces, está encomendado a los orishas (dioses del panteón afrocubano). Ejemplo: Apareció Fidel Castro en la televisión nacional de Cuba, vestido de blanco como un santero novicio durante una visita diplomática a Guinea. Una gran parte de la población cubana quedó convencida de que había ido a África para iniciarse y, por tanto, de que su poder y conocimiento superaban a cualquier santero de la Isla. Esto se confirmó con la visita a Cuba del Oni de Ifé (Nigeria), reconocido como el sumo sacerdote de los yorubas y recibido en Cuba con todos los honores correspondientes a un jefe de Estado. Aunque Fidel Castro personalmente, en su oceánica oratoria, jamás había dicho en público una palabra sobre cultos afrocubanos, ni en bien ni en mal (en sus más de 300 páginas, el texto de su entrevista con el clérigo brasileño Frei Betto, convertido en el libro titulado Fidel y la Religión4 no hay ni una sola referencia a los cultos afrocubanos), el gesto de invitar al Oni nigeriano encajaba perfectamente en su activa política africana. De modo que, cuando éste, al despedirse, aconsejó encarecidamente a todos los yorubas cubanos que, ante todo, había que “querer y cuidar a Fidel”, hubo más comprensión que asombro, toda vez que la relación entre el Estado cubano y los cultos afrocubanos jamás se ha planteado en términos políticos, ni siquiera en tiempos coloniales.
En Fidel y la Religión podemos encontrar numerosas e interesantes pistas sobre el carácter mágico de Fidel Castro y su posible relación con las religiones afrocubanas. En una parte de la entrevista Castro señala que en la zona en la que vivió durante su infancia “había emigrantes haitianos.” Más adelante comenta que éstas y otras familias cubanas de su entorno: “tenían creencias de distintos tipos. En realidad recuerdo como era el ambiente en el campo sobre esta cuestión. Creían en Dios, creían en distintos santos. Algunos de estos santos estaban en la liturgia, eran santos oficiales; otros no.” Se refiere obviamente a los santos de la santería cubana. “Mucha gente creía también en los espíritus, en los fantasmas. Recuerdo que de niño oía cuentos de fantasmas, de espíritus, de apariciones… Pero además creían en las supersticiones. Por ejemplo, recuerdo algunas: si un gallo cantaba tres veces y nadie contestaba, aquello podía ser una desgracia; si una lechuza pasaba de noche y se escuchaba su vuelo y el graznido, entonces eso podía traer desgracia; si se caía un salero y se rompía era malo, había que recoger del suelo un poquito de sal y lanzarla hacia atrás por encima del hombro izquierdo. De manera de que el mundo en el que yo nazco, era un mundo bastante primitivo…”
La Parapsicología Usada en Campaña para Desestabilizar el Régimen de Fidel Castro
Por otro lado el gobierno de EE. UU. sabía de todos estos aspectos metafísicos de la historia de Cuba y se percató de la importancia paranormal en el pensamiento de Castro. En 1961 el general Lansdale, que estaba al mando de las operaciones encubiertas del Departamento de Defensa americano, llamó la atención del presidente Kennedy debido a la eficacia que tenían sus operaciones encubiertas. Esto hizo que le encomendara personalmente el desarrollo de una guerra parapsicológica contra Cuba, dentro de una de las tramas secretas más importantes jamás ideadas por funcionarios americanos y que, bajo la dirección del general G. Craig, se denominó con el nombre en clave de Operación Mongoose. El 2 de febrero de 1962 en una reunión secreta de políticos y directivos de la CIA, el Pentágono y los Departamentos de Defensa y Estado americanos se decidió comenzar la guerra paranormal contra el gobierno cubano con 12 operaciones encubiertas, no reconocidas abiertamente. Se pretendía “provocar, acosar o destruir el gobierno revolucionario cubano.”
Posteriormente ante el vacío producido por el asesinato del Presidente Kennedy y el fracaso de la CIA en la guerra sucia contra Cuba, el Teniente Coronel Patchell, financiado por el Pentágono, propuso uno de los planes más increíbles que se han conocido hasta el momento. Se trataba de crear un líder más carismático que Fidel Castro, pero totalmente imaginario, con la finalidad de sublevar a la población civil. Los documentos del ingenioso plan sólo se han dado a conocer recientemente debido a su desclasificación a principios del año 1998. En estos documentos se muestra como se debería construir a este luchador imaginario. Para ello se utilizaría el nombre de alguien asociado a la resistencia o popular en la historia cubana y, además, se le añadiría un alias o lema asociado como el pequeño torito, el campesino resistente o el amigo luchador. Para publicitar al líder imaginario el plan era hablar de su existencia en primer lugar en los canales diplomáticos y de inteligencia americanos o dentro de la comunidad de exiliados cubanos. Con el paso del tiempo, se le achacarían a este personaje inexistente todos los incidentes y acciones de sabotaje anónimas y generalmente realizadas por grupos paramilitares del Pentágono. Se había planeado igualmente que, si la popularidad del héroe imaginario crecía demasiado, se podría incluso plantear la posibilidad de que un miembro de la resistencia cubana asumiera el papel y apareciera ante la población como un salvador del pueblo.
Jesucristo y la Virgen de la Caridad del Cobre en Cuba: Guerra Paranormal
En abril de 1982, centenares de cubanos observaron sobre la bahía de La Habana un fuerte fogonazo que dio paso a la aparición de una figura de la Virgen sonriente y tendiendo sus manos hacia los asistentes. El gobierno cubano intentó que el hecho no trascendiese al exterior pero a través de varios exiliados de Miami la noticia se filtró a varias emisoras de radio. Años después, se supo que la aparición había sido un plan ideado por la CIA para influir sobre el inconsciente popular del pueblo cubano. Desde un submarino se emitió un holograma de la imagen de la Virgen, basándose en la creencia popular de que siempre que se producía algún cambio drástico en la Isla se aparecía la Virgen. Así ocurrió a finales de la Guerra de Independencia, a poco tiempo del derrocamiento del dictador Machado o días antes de que Fidel Castro triunfase con su revolución.
El genial investigador, desgraciadamente desaparecido, Andreas Faber-Kaiser,5 escribe: “Mis informadores en Cuba me comunicaron que posteriormente volvió a aparecer la imagen de lo que ellos interpretaron como la Virgen de Regla, esta vez sobre la bahía del Mariel. También me informaron acerca del hecho de que la imagen fue tiroteada con armas de fuego.” Para Faber-Kaiser la operación era además “un sutil ensayo de condicionamiento mental en el que entran en juego los propios estratos de superstición ancestral latentes en la misma persona de Fidel Castro.”
Años más tarde la CIA planificó una operación similar que nunca se llevó a cabo. En plan era propagar la creencia en la Isla de que Fidel Castro era el anticristo profetizado en el Apocalipsis de San Juan. Cuando esto se hubiese conseguido, desde un submarino se haría aparecer en el cielo de La Habana la imagen holográfica de Cristo. Para los analistas de la CIA el acontecimiento milagroso podría desencadenar una rebelión debido al carácter supersticioso y religioso de la población cubana.
Armas Químicas, Biológicas y Paranormales: Cuba Responde
Según recientes informaciones aportadas por científicos y ex-oficiales del ejército cubano, el gobierno de Fidel Castro optó por contrarrestar las técnicas de guerra no convencional que Estados Unidos intenta llevar a cabo en la Isla con armamento químico, bacteriológico, nuclear e incluso con la puesta en marcha de un grupo especializado en técnicas de guerra paranormal. Existen, al parecer, varias políticas defensivas desarrolladas por Castro para hacer frente a una posible invasión norteamericana.
Debido a los éxitos generados por la CIA en su programa denominado visión remota, consistente en la utilización de dotados psíquicos para acceder a información clasificada o a lugares secretos de otros países a distancia, el interés del servicio secreto cubano en temas paranormales aumentó considerablemente. Así, el gobierno de Castro creó un cuerpo especializado, llamado grupo M, encargado de aplicar los supuestos poderes paranormales de paleros y santeros a asuntos militares. El médico cubano y estudioso de la parapsicología, Roberto Orozco, actualmente exiliado, cuenta que un año antes de dejar la Isla, un agente del grupo M se puso en contacto con él y con su amigo el astrólogo Carlos Leo, recibiendo el encargo de realizar estudios sobre el aura de los individuos sometidos a interrogatorios y Leo debería hacer estudios astrológicos sobre las operaciones militares de Castro en África. Lo que si podemos asegurar, según algunas informaciones que recibimos recientemente, es que algunos santeros colaboran con el Ministerio del Interior sacando información a determinados personajes extranjeros que acuden a la Isla buscando los consejos de los “sacerdotes” de las religiones africanas.
Finalmente, y para ilustrar como continúa hoy en día esta tendencia a la metafísica en Cuba, el día viernes, 30 de junio del 2006, a las 8:53 AM, el periodista independiente Ángel Pablo Polanco recibió una llamada telefónica del preso político Dr. Oscar Elías Biscet, directamente desde la prisión Combinado del Este en La Habana, donde se encontraba recluido. El Dr. Biscet le informó al Ingeniero Polanco que a partir del día 13 de julio del 2006 a las 00:00 horas (medianoche) iniciaría un Ayuno Simbólico, por tiempo indefinido, con el que reclamaría al gobierno castrista que firmase los pactos internacionales sobre derechos humanos, y que los respetase y aplique. El Dr. Biscet le comunicó y pidió al Ingeniero Polanco que diera a conocer el ayuno a otros presos, al pueblo cubano, a la oposición, a sus amigos en el exterior, a las organizaciones de derechos humanos, a los medios nacionales (independientes) e internacionales de prensa, a los cuerpos diplomáticos y al mundo, en general. Incluimos el texto del mensaje en un apéndice.
CONCLUSIONES
Resumiendo, y de acuerdo al título de esta presentación, hemos querido contribuir de manera muy incipiente a la incógnita de cómo se ha podido mantener en el poder un régimen con las características del cubano por casi medio siglo, a menos de cien millas de las costas de EE. UU. Hasta donde sabemos, este trabajo es el primer esfuerzo en tratar de explicar esta realidad, yendo más allá de los límites de los fenómenos normales.
Como se ve, a través de la historia de Cuba, la inclinación a usar medios paranormales o experimentarlos (San Antonio María Claret y su visión en la Sierra Maestra) en la consecución de diversos objetivos, ha sido una constante entre políticos, figuras relevantes y el pueblo en general. Esto se ha entronizado en la cultura cubana a través de la amalgama entre la religión Católica, la Regla de Ocha, varias manifestaciones alternativas de ambas, la adivinación, la astrología y otras muchas vías a lo que el Padre Oscar González Quevedo llama estado excitado de conciencia. Este estado excitado de conciencia puede llevar ya sea al conocimiento del futuro, llamada algunas veces clarividencia, precognición o facultad Psi Gamma, o a la sugestión e hipnosis colectiva, etc.
En algunos casos, la consecuencia ha sido puramente paranormal y en otros, sólo el mencionar su posibilidad o potencial ha sido suficiente para intimidar o asustar a la población cubana. Como señala el Padre González Quevedo, lo importante no es el medio (astrología, tarot, caracoles o mística judeocristiana, entre otras) sino el resultado de provocar ese estado excitado de conciencia, tan común, por ejemplo entre sicópatas o personas normales en situaciones excepcionales.
Nos parece que este tópico justifica la continuación de su investigación en una dirección más específica, analizando probabilísticamente algunos de los fenómenos mencionados, a la manera usada por el Instituto Rhine de Carolina del Norte, el Centro Latinoamericano de Parasicología de San Pablo y otros. El problema que hemos confrontados es que resulta virtualmente imposible recopìlar la información empírica necesaria en la Cuba de hoy. Esperemos que en un futuro cercano podamos continuar en esta dirección metodológica, constatando esa información mediante el uso de fuentes primarias.
FOOTNOTES
1. Esta sección del trabajo se basa en conversaciones con el Padre Enrique A. Méndez Norma, S.D.B. y con el fallecido Profesor Manuel de Castro, hijo del líder estudiantil y Presidente de la F.E.U., Manolo (de) Castro
2. Pronunciamientos de Pío XII (Acta Apostolicae Sedis, Commentarium Officiale, Febrero 24–Marzo 11, 1947; vol. XXXIX e ibid 1954).
3. Maritza Beato, “El perfil psicológico de Fidel Castro: Sus orígenea,” La Nueva Cuba, Marzo 14, 2006.
4. Frei Beto, Fidel y la Religión, La Habana, 1985.
5. Andreas Faber-Kaiser, Las Nubes del Engaño, Editorial Plante, 1985.
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