OBJETIVOS DEL PLAN “MÁS MÉDICOS”
El plan “Más Médicos” tiene tres categorías de objetivos diferentes: objetivos políticos, objetivos financieros y objetivos asociados a la salud.
Objetivos Políticos
Primero, con los más de 11 mil médicos cubanos atomizados en la geografía brasileña desde el año pasado, el actual gobierno de la izquierda local en el poder cuenta con más de 11 mil “cabos electorales” que en el año actual de elecciones presidenciales (2014) harán propaganda gratuita a favor de la re-elección de la presidenta Dilma Rousseff y de los políticos regionales asociados al Partido de los Trabajadores (PT), aprovechando la penetración que tienen esos médicos en zonas donde la propaganda electoral convencional llega de forma deficiente y no siempre asociada a la solución de los problemas de esas regiones, normalmente las más desfavorecidas y pobladas.
Segundo, el lanzamiento del plan “Más Médicos” persiguió también el objetivo oculto de catapultar al ministro de salud brasileño del año pasado, militante del partido PT gobernante — el cual capitalizó la propaganda durante el anuncio del plan de interiorización de los médicos a las regiones más apartadas — como candidato al gobierno del principal estado brasileño, San Pablo, el cual es gobernado desde hace más de 15 años por el principal partido de oposición al gobierno actual, el partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), del ex-presidente Fernando Henrique Cardoso. Contradictoriamente — y probablemente vinculado a los debates con el “Consejo Federal de Medicina” sobre los médicos cubanos — el ya mencionado ministro de salud y candidato del PT tiene actualmente el peor desempeño pre-electoral entre los varios aspirantes al Palacio de los Bandeirantes, sede del gobierno del estado de San Pablo.
Tercero, con un plan de este tipo, asociado a la salud pública de zonas apartadas, el partido gobernante, PT, puede decir en las elecciones de este año (2014) — y en todo el país donde tenga candidatos — que llevó los servicios de salud a zonas donde nunca antes otros gobernantes se habían preocupado de providenciar el ejercicio médico para las grandes mayorías.
Objetivos Financieros
Los más de 11 mil médicos cubanos reciben actualmente 1.250 dólares por mes, de los aproximadamente 4.400 dólares mensuales programados para cada médico; la cifra anterior varía ligeramente con la cotización de la moneda brasileña, el real, respecto al dólar. La diferencia, unos 3.150 dólares por mes aproximadamente, van al gobierno cubano, que a su vez lo rembolsa hacia el Brasil para pagar la deuda contraída con la inversión brasileña en el Puerto del Mariel. Cuando se hacen los números asociados al volumen de médicos cubanos actualmente trabajando en Brasil durante tres años, la cuenta cierra sospechosamente en un valor total muy similar al préstamo hecho por Brasil para la modernización del Puerto de Mariel.
En realidad, cuando llegaron los primeros 4 mil médicos cubanos al Brasil se les pagaba 400 dólares por mes, convertidos en reales brasileños equivalentes, y se les prometía guardar en bancos de la Habana otros 600 dólares mensuales durante los tres años del contrato, para ser liquidados en especie — no en dinero — comprando autos o mercancías en tiendas cubanas al término de su “misión.” De esta manera, el gobierno cubano se quedaba en la práctica con entre 3.400 y 4.000 dólares por mes por cada médico cubano, durante los tres años del plan. Este tratamiento discriminatorio y leonino fue ventilado públicamente por la primera médica cubana que abandonó el plan “Más Médicos” en Brasil, la Dra. Ramona Matos Martínez, provocando la repulsa generalizada de la sociedad brasileña, que calificó semejante trato salarial como “esclavitud moderna” de parte de un gobierno supuestamente “justo,” como todos suponían en Brasil era el régimen cubano, cayendo así la máscara de la explotación existente dentro de la isla con el negocio de los médicos cubanos y el resto de los profesionales en Cuba.
El rechazo a semejante práctica discriminatoria fue tal en todo Brasil, que el líder del PT, Lula da Silva, fue personalmente a la Habana a corregir semejante rumbo negativo con el salario de los médicos cubanos, acordando un aumento del salario de los médicos cubanos en Brasil (y por carácter transitivo, también un aumento salarial a todos los médicos dentro de la isla) solicitando también el envío de más médicos cubanos (de los 4 mil originales a más de 11 mil médicos en la actualidad) de manera a poder suplir la diferencia que ahora surgiría con los salarios no pagados a los médicos, y permitir así sufragar las inversiones del Puerto del Mariel con el dinero “sobrante” del “no pago” a los médicos.
Objetivos de Salud
Se trazó lógicamente el objetivo de colocar servicios básicos de salud, por tres años, en las regiones más apartadas de la enorme geografía brasileña. Este factor, siendo una meta muy válida en Brasil, deviene en un objetivo menor cuando se observa el tiempo limitado del plan, tres años, que en realidad sólo resolverá transitoriamente un problema asociado a la endémica desigualdad brasileña, pero infelizmente asociado precisamente al período electoral presidencial en el Gigante Sudamericano, distorsionándolo.
PROBLEMAS CON EL PLAN “MÁS MÉDICOS”
Primero, el gobierno de la izquierda brasileña actualmente en el poder, “pasó por encima” (literalmente) del “Consejo Federal de Medicina” planeando un proyecto masivo de salud, que naturalmente debería contar con el apoyo de la mayor agrupación médica brasileña. En realidad, para cualquier médico extranjero ejercer la medicina en Brasil, debe hacer exámenes de “reválida,” como ocurre en todos los países del mundo, siendo además que en Brasil, es el “Consejo Estadual de Medicina” (uno en cada Estado brasileño, asociado al Consejo Federal) el encargado de dar autorización a los médicos extranjeros para ejercer su profesión al interior del país. Como las asociaciones médicas se opusieron a la manera (se opusieron a la forma, no a la esencia del plan) de cómo el gobierno programó la entrada de los médicos extranjeros (incluyendo los cubanos) sin hacer sus reválidas, la administración del PT hizo aprobar una nueva ley que tiraba las potestades a los Consejos Estaduales de Medicina, centralizando en el gobierno federal el poder de autorizar el ejercicio profesional de los médicos extranjeros en Brasil, lo que trajo una discusión muy desfavorable para el gobierno, ya que otras asociaciones profesionales se sintieron amenazadas y apoyaron a la organización médica en sus justos reclamos profesionales, reforzando la óptica “politiquera” del plan “Más Médicos.”
Segundo, quedó claro ante toda la sociedad brasileña el tratamiento salarial y personal discriminatorio del régimen cubano hacia sus profesionales, porque además de pagárseles mucho menos salario que al resto de los médicos extranjeros del mismo plan, a los cubanos no se les permitía traer su familia, no se les permitía relacionarse íntimamente con los brasileños, no se les permitía viajar fuera del lugar de ubicación, entre otras limitaciones consideradas inconcebibles para la sociedad brasileña, liberal y permisiva como todos sabemos.
Tercero, se he producido un fenómeno especial—inesperado—que impactará la elección presidencial del 5 de octubre (2014). El candidato a la presidencia de Brasil, Eduardo Campos, tercer mejor favorecido en las intenciones de votos, murió en un accidente aéreo, lo que colocó a su vice presidenta, Marina Silva, como candidata presidencial. Esto ocasionó una dislocación masiva de votos hacia Silva y los sondeos arrojan que podría ganar en un segundo turno. Marina Silva ha declarado dos aspectos relativos a Cuba: primero ha dicho que si resulta presidenta, a los médicos cubanos habría que pagarles similar salario que el resto de los médicos extranjeros del plan “Más Medicos” y, segundo, que lucharía porque se observen los derechos humanos dentro de la isla.
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